El Royal and Ancient Golf Club of St Andrews, fundado en 1754, es considerado la cuna del golf mundial. Su membresía, otorgada únicamente por invitación, incluye a quienes han contribuido significativamente al desarrollo de este deporte. Este año, nuestro past president Carlos Ruiz de Gamboa fue incorporado a este exclusivo círculo, un reconocimiento que nos llena de orgullo y emoción.
Carlos Ruiz de Gamboa lleva décadas vinculado al golf. Ex presidente del Prince of Wales Country Club y director de la Federación Chilena de Golf, su historia dentro y fuera de la cancha refleja una pasión profunda por este deporte.
En 2020 recibió una invitación formal del Royal and Ancient Golf Club of St Andrews para iniciar el proceso de postulación, el cual se extendió por cinco años. Este 2025 fue finalmente aceptado como socio del legendario club escocés, convirtiéndose en el tercer miembro del PWCC en recibir este honor, después de John Yeomans y Juan Luis Mingo, y el cuarto chileno después de Felipe Bertin, actual presidente de la Federación Chilena de Golf. Un hito que reconoce su trayectoria y lo conecta con una de las instituciones más tradicionales y respetadas del mundo del golf.
“Para un golfista, St Andrews es como Disneyland para los niños. Pisar ese campo es sentir la historia del Golf bajo los pies”, comenta con emoción.
Un camino largo, pero con destino claro
La invitación al club escocés no fue casual. Carlos fue contactado por la R&A en 2020 y, después de años de evaluación silenciosa —como es costumbre en esta institución—, recibió la carta de aceptación. Durante ese tiempo, su rol como dirigente fue clave. Lideró el Latin America Amateur Championship (LAAC), uno de los torneos amateurs más importantes del continente, y ocupó distintos cargos en la Federación, donde contribuyó activamente al desarrollo del golf en Chile.
“El LAAC fue una locura maravillosa. Lo trajimos al Country cuando casi se iba a otro club. La organización fue exigente, especialmente por la presencia de Augusta National, la R&A y la USGA. Pero lo sacamos adelante y fue, sin duda, uno de los mejores torneos realizados en Chile”, recuerda.
Liderazgo en tiempos difíciles
Su paso por la presidencia del PWCC coincidió con un momento complejo: la pandemia. Desde ahí, lideró una serie de transformaciones que hoy son parte de la vida cotidiana del Club. Con visión, decisión y una cuota de audacia, impulsó cambios que se adelantaron a otros clubes del país.
“Creamos un sistema de comunicación virtual con los socios que tuvo más de 400 participantes, cuando las asambleas presenciales rara vez superaban las 50 personas. Organizamos actividades como ‘Golf por Zoom’ y fuimos pioneros en armar un co-work en el Club. No fue fácil, hubo críticas, pero estábamos convencidos de lo que había que hacer”, cuenta.
Muchas de esas decisiones nacieron en un contexto de incertidumbre, pero marcaron un punto de inflexión. El Club no solo respondió a la crisis, sino que salió fortalecido. Como dice él: “Fuimos líderes. Lo que hicimos inspiró a otros clubes, que adoptaron varias de las ideas que estábamos implementando. Y me parece bien, porque significa que íbamos por el camino correcto”.
Una pasión que cruza generaciones
Carlos aprendió a jugar golf en su infancia, mientras vivía en República Dominicana y Venezuela. Ya de vuelta en Chile, se integró al PWCC como hijo de socio y luego como socio titular. Su vínculo con el Club es profundo, familiar y afectivo.
“Siempre he creído que el Club debe evolucionar, adaptarse a las nuevas generaciones, sin perder su esencia británica ni los valores que lo hacen único. Durante mi presidencia empujamos cambios importantes y nos adelantamos en muchas áreas”.
Hoy, su hija también es socia del Club, su yerno un entusiasta golfista, y su hijo —que vive en Estados Unidos— también es socio. La tradición continúa.
Proyectar el golf desde Escocia
Ser parte del Royal and Ancient implica más que un reconocimiento simbólico. Es también una oportunidad para contribuir a la proyección global del golf, y Carlos lo asume con entusiasmo. “La R&A está buscando ampliar su red de socios en el mundo y modernizar su influencia. Me siento honrado de ser parte de ese proceso. No me cabe duda de que, en el momento adecuado y con la gente correcta, podré seguir promoviendo el desarrollo del golf desde esta nueva plataforma”, afirma.
Ya planea viajar a Escocia con su hijo para jugar en St Andrews. Será su primera vez como socio en la cancha más icónica del mundo. Una imagen que no solo resume su trayectoria, sino que proyecta un legado que sigue creciendo.
